La villa de Candelario se escalona en la ladera de la sierra
de su mismo nombre y a una altitud de 1100 metros, lo que hace inevitable que
su entramado callejero sea complicado, con las calles principales en sentido de
la pendiente y las callejas secundarias transversales a las anteriores. Esta
falta de horizontalidad confiere a sus rincones un sabor y una estética
especial.
La villa surgió en el Barrio Somero, aquel que levantaran
los pastores astures. Este barrio hoy desaparecido se encontraba a la derecha
del inicio del camino de Navacarros y después se fue ampliando en torno a la
iglesia y al lado de esta se situó la judería.
La ermita del Cristo del Refugio es un edificio del siglo
XVI. La imagen del Cristo es una escultura de la época de los Reyes Católicos.
Las fuentes forman una parte importante de la arquitectura de Candelario. Se encuentran repartidas a lo largo del pueblo, siendo un total de quince. Todas cuentan con un manantial propio y su agua es pura y cristalina.
Iglesia parroquial, siglos XV y XVI.
La arquitectura domestica de Candelario responde a un modelo
que se ha repetido del siglo XVIII al siglo XX. Las casas se construían de
piedra y madera, con una altura de tres plantas preparadas para la industria
chacinera. La planta baja se utilizaba para el despiece y la elaboración de los embutidos. La planta
del medio para la vivienda y la planta superior era una gran sala con
estructura de varales para colgar y curar los embutidos y una galería abierta
al exterior.
Candelario llego a
tener 103 fábricas de embutidos, en la actualidad cuenta con dos.
De aquí viene el dicho de “atar los perros con longaniza”. En
una casa tenían un perro y les estaba interrumpiendo el trabajo y a la dueña se
le ocurrió atarle con una ristra de longaniza. Gente foránea que lo vio fue
comentando que “en Candelario se atan los perros con longaniza”
Ayuntamiento.
En Candelario los ríos Cuerpo de hombre, Chico y Barquillo
van recogiendo el agua del deshielo a través de numerosos regatos de agua que
baja limpia y trasparente desde el corazón de las montañas, confiriendo un
rumor y un sonido característico a la Villa.
La batipuerta es uno de los
elementos arquitectónicos más destacados de Candelario. Están situadas en la
parte exterior de la entrada a las viviendas. Su finalidad era que la puerta principal estuviera abierta para dejar entrar la claridad de la calle, para poder trabajar cómodamente, y no pudieran entrar en la casa los animales que transitaban por la calle.
Las plataformas son unos
miradores con unas vistas extraordinarias
de Candelario, Béjar y todos los pueblos del valle. La primera
plataforma está situada a 7 kilómetros de Candelario, en ella se encuentra un hotel de montaña, según comentan pertenece al exciclista Landelino
Cubillo. La segunda plataforma esta 3 kilómetros más arriba y de aquí parten
rutas de alta montaña.
Callejeando por Candelario
Sus callejas estrechas y empedradas son recorridas por las conocidas regaderas, que son unos canalillos de agua
cristalina recogida de las nieves de su sierra. El sonido del agua nos acompaña
por todo el pueblo haciendo el paseo aun más placentero.
La finalidad de las regaderas era mantener limpias las
calles diariamente después de la matanza, desde el 2 de noviembre al 2 de
febrero, época en la que se sacrificaban miles de cerdos, para hacer el famoso
chorizo de Candelario.
Candelario fue nombrado Conjunto Histórico Artístico. Sus Fiestas patronales son las de Santa Ana y la Candelaria.
En la sierra de Candelario se encuentra la estación de esquí de La Cobatilla.
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